CUERPOS
SUTILES, CHAKRAS Y
FLORES DE
BACH
El doble
etérico, se puede decir que actúa como vehículo para las influencias
transmitidas desde los planos astral y mental. El aura etérica envuelve al
cuerpo físico y su color varía desde matices transparentes y brillantes hasta
tonos oscuros y turbios, dependiendo de la claridad o confusión del sentimiento
o energía que los produce. A medida que los sentimientos se energetizan, los
colores se separan en sus matices primarios y se abrillantan.
Las
esencias florales actúan sobre la estructura energética del sujeto porque
producen la movilización del mundo emocional, al punto de propiciar la
aparición de vivencias y percepciones nuevas, elevando así el nivel de
frecuencia vibratoria. Cuando se armonizan las características conferidas por
las naturalezas zodiacales, por medio de la terapia floral, la utilización de
las esencias facilita la apertura de los Chakras, en cada uno de los cuales se
encuentra una virtud, formándose así una fuente armoniosa de energía en
perfecto balance de valores conductuales y, por ende, de salud física.
LOS
REMEDIOS FLORALES
Las
Flores de Bach provienen de “plantas de
un orden superior”. Cada esencia tiene la vibración energética que coincide
con cierta frecuencia energética del ser humano, y su forma de actuar es
restableciendo de manera rápida el punto de contacto entre el alma y la
personalidad que se encontraba en estado inarmónico. Este sistema terapéutico
nos enseña que son nuestras emociones conflictivas las que abren paso a los
desequilibrios. Por lo tanto, tratando lo que sentimos por medio de la
utilización de las flores, eliminaremos nuestros miedos y preocupaciones,
alcanzaremos mayor felicidad y plenitud interior y, por ende, nos liberaremos
de las enfermedades ya que tiene el poder de sanar en forma absoluta y
permanente, y es precisamente su sencillez la que lo convierte en un
maravilloso auxiliar de la Humanidad.
Las
esencias florales son extractos puros, obtenidos directamente de las flores,
que contienen los estados vibratorios de las mismas y que, por ley de afinidad,
se corresponden con los estados anímicos que conforman la naturaleza habitual
del individuo y con estados que surgen en algunos casos debido a circunstancias
imprevistas. Así, las vibraciones biomagnéticas contenidas en el remedio, al
ser tomadas y entrar en contacto con el cuerpo, desarrollan resonancias
vibratorias en las células, armonizándolas y reorganizando sus funciones,
produciendo una expansión de la conciencia. Esta expansión nos permite
identificar nuestros propios errores y participar activamente en la
transformación de los mismos, por lo que desapaprecen las tensiones emocionales
y mentales que son las causas de todos los desequilibrios, incluyendo la
enfermedad física que es, en realidad, la última etapa de manifestación del
conflicto entre nuestro Yo espiritual y nuestro yo mortal.
Los 38
remedios florales descubiertos por Bach, al igual que todos los sistemas
florales existentes, son un instrumento que brinda la naturaleza para ayudar al
hombre, tanto en su dolor como en la búsqueda de la verdad. Estos remedios que
se vinculan a 38 estados emocionales, actúan elevando nuestras vibraciones y
abriendo nuestros canales para la recepción del Ser Superior, para inundar
nuestra naturaleza con la virtud particular que necesitamos desarrollar y
borrar los aparentes defectos que causan sufrimiento y que no son otra cosa
sino la distorsión de una cualidad inicial. Se trata de “remedios” energéticos
naturales y eficaces, inocuos en el sentido de que no causan daño alguno en el
sujeto, pero su ingestión produce la movilización del mundo emocional, la
captación de información externa e interna que se desconocía, la aparición de
sentimientos hasta ese momento sofocados, vivencias y percepciones nuevas, etc.
Las
esencias florales actúan sobre la estructura energética del sujeto y desde allí
ejercen su influencia en lo psíquico y lo físico. El cambio de perspectiva se
produce cuando la persona es capaz de comprender el argumento que rige su vida,
el mandato que produce su desequilibrio y la lección que debe integrar dentro
de sí mismo para erradicar la causa real de sus males.
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Maria Florinda Loreto Yoris.
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